Mi insistencia en incluir al hombre en el crecimiento femenino se debe a varias razones:
*El mundo se compone de lados opuestos, un lado positivo negativo, uno oscuro con otro de luz y un sin fin de equivalencias para lograr el justo equilibrio.
*El lado masculino es nuestro lado opuesto, visto como contrapeso, complemento, no como enemigo y menos como nuestra contradicción. Igualmente no quiere decir que tenemos que tener un hombre como una necesidad, inclusive podemos tener ese lado masculino en nuestra misma esencia, trabajarlo sin tener pareja. Y si nos inclinamos por nuestro mismo sexo, podemos nutrirnos de esa energía sin rechazarla.
*Otra razón es porque para mantener el equilibrio de nuestra psique, nuestra vida social, familiar y en general en todo espacio de nuestra vida debemos ser ambas cosas. Todo dependiendo de nuestra manera de ser, es decir, así como despertamos nuestra diosa interior para que a través del trabajo con sus arquetipos podamos sanarnos, fluir y crecer, así mismo tomaremos la energía masculina para poder aumentar el potencial femenino. Recuerden lo que significa ser una mujer sublime: una mujer enteramente femenina, sin matices, rosadita, pasiva, excesivamente delicada, temerosa y que no mira a los ojos, se aleja de serlo.
Para comenzar, siempre es bueno sanar. Nunca podemos comenzar un trabajo y mucho menos si es interior, si no sanamos primero. Dicen que hasta para pintarse el cabello hay que tenerlo limpio, así que comencemos por sanarnos de lo masculino. Meditemos primero en la primera influencia masculina que nos formó, nos vio crecer fue parte de nuestros juegos. Hay alguna molestia? Algún rechazo? Algún trauma? Luego seguimos con aquello que aprendimos a amar, de nuestro padre, hermano, novio, artista favorito, profesor, mejor amigo. Reforcemos esos aspectos, vamos a buscarle cosas amorosas y positivas que nos llenaron y demos gracias por eso. Busquemos en ellos y en las cosas cotidianas, lo que consideremos que sean aspectos masculinos que podamos seguir y podamos transmutar en nosotras. Yo hago un ejercicio que me ha resultado: yo observo a los hombres y a veces mujeres, busco en ellos, me hago amiga de alguno, trato de tener amigos hombres, hacer cosas que sean distintas a mí en cuanto a diversión. Luego de la observación busco los aspectos que me puedan favorecer. Al conocer a un hombre en su esencia (ojo no como pareja) podemos entender mas de sus miedos, anhelos, ambiciones, etc. podemos conciliarnos con algunas partes que rechazamos. Este ejercicio debe hacerse con cualquier tipo de hombres. "Recuerden hay que ir al lado oscuro para aprender también": vean lección II.
Hay mucho de esto que se ha malinterpretado. El feminismo por ejemplo, lo ha llevado a tal punto de inclusive denigrar a los hombres, rechazar todo aspecto masculino a tal punto que olvidamos cuáles son las cosas buenas de convivir con un hombre. También llevado a un punto que hasta ellos mismos se aprecian poco y no creen en sus potenciales. Entre hombres y mujeres ya no hay una brecha sino un caos existencial y nosotras las mujeres parecemos ahora victimarias, hemos crecido para nosotras mismas y el otro ser que cumple un papel importante no le reconocemos ni le afianzamos esos valores, nos quedamos solas y aun así nos quejamos que ellos no sirven. Insisto, no hablo solo de pareja, sino en las relaciones en general: hijo-madre, hermano-hermana, padre-hija, vecino-vecina, jefe-empleada, carnicero-clienta, etc.
Es la hora de trabajar con el Dios. Ya descubrimos a Brigith, diosa inspiradora, ese arquetipo que nos sirve para crear, fluir, amar y se mujer fértil. Con Hécate, nuestro ser oscuro, nuestra fortaleza viva y femenina. Ahora nos toca trabajar con Odín y sus aspectos masculinos para equilibrar nuestra feminidad, dosificarla y aumentar el potencial. No solamente porque muchas estamos solas, sino al convivir con nuestra otra parte entenderemos los lados opuestos sin que estos sean escondidos ni rdchazados.
El segundo paso sería entender primero-luego de sanarnos- nuestro lado femenino y después de asimilado cada propósito, cada don, cada misterio que nos han obsequiado al ser mujer, podemos avanzar a experimentar o sacar provecho de nuestro potencial con la energía masculina.
Si continuamos el ejemplo de Odín (Dios de la mitología nórdica) podemos trabajar con sus aspectos de una manera increíble. Primero conocer sus características, su historia y para quienes vamos más allá de lo tangible, conectarnos con su energía mágico-religiosa. Odín representa la sabiduría, la inspiración pero también la caza y la guerra. Él preparaba al guerrero para la batalla pero no en lo físico sino en lo psíquico. Dice la leyenda que Odín tomó todo el conocimiento de las runas del oráculo vikingo que no es más que una guía del guerrero en su transformación psíquica. Trabajar con Odín, no resulta fácil, pues nos es más familiar conectarnos con lo femenino, desde niñas jugamos a ser mujeres grandes, muy pocas veces me vi jugando carritos o fútbol y sentirme cómoda o al menos hacerlo bien Así que tomemos a este maravilloso Dios como un papá bondadoso, sabio, el abuelo que nos habla seco, tosco, pero nos da sabiduría a granel y algo poco visto hoy día "un padre que nos cría solo y nos enseña a ser guerreras", cuando lo general es que seamos guiadas por nuestra Madre Loba y en lo particular ese padre amoroso y fuerte es un aspecto distinto que el "ser" masculino a veces está ausente. La Madre Loba Guerrera nos cría para autodefenza, el Padre Odín nos guía para ganar la batalla y regresar transformada, tal cual, manda a sus hijas las valquirias a la guerra. Son dos cosas distintas, pues, al ir a la batalla, nos da la sabiduría, la inspiración y la certeza de triunfar-sí perdamos- estamos ganando un nuevo ser.
Ilustración de 1886 de Odín porGeorg von Rosen. |
para conocer mas: http://es.wikipedia.org/wiki/Od%C3%ADn
Ya estamos aqui! Con vuestro permiso enlazo con la pág de las lobas... Gracias por compartir...;)
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